El presidente Mariano Rajoy decide abrazar el veganismo.

Tras confundir el famoso documental «Una verdad incómoda» con una película de acción, fuentes de la Moncloa confirmaron hoy que el Presidente se apresuró a telefonear a su primo para advertirle de que el Cambio Climático «es real y ya está aquí», dijeron las mismas fuentes, que estuvieron presentes durante la acalorada discusión.

Desde entonces, M. Rajoy ha sido contundente con el personal del palacio madrileño y ha decretado que a partir de 2018 no se podrá usar ningún producto de origen animal. El personal trabajador se mostró un tanto confuso, según declararon a la RQJ, pero aseguran que M. Rajoy se encuentra totalmente decidido. «Las verduras no son cosa menor, dicho de otra manera, son cosa mayor», dijo el Presidente a los empleados de la Moncloa.

La determinación de M. Rajoy ya ha empezado a hacer mella en Génova según afirman miembros del partido que prefieren no desvelar su identidad para ser señalados.

«Son los animales los que comen vegetales y son los vegetales los que quieren que sean los animales vegetales», dijo el presidente en una conferencia en la sede de su partido, con la intención de que sus compañeros del PP se sumen a su causa.

Las mismas fuentes del PP apuntan a que los sectores más jóvenes del partido estarían siendo los más afectados por el radical cambio de dieta de M. Rajoy. Según el presidente, serán las próximas generaciones las que tendrán que abanderarse del veganismo, ya que aunque «aún no lo saben, pero los españoles son muy veganos y mucho veganos».

«Los vegetales no son como la carne, que no se sabe muy bien de dónde viene», le reprochó al vicesecretario general de Comunicación, Pablo Casado, en su última visita juntos al Mercado de Productores del Matadero de Madrid.

Pero no todo el entorno de M. Rajoy ha acogido la noticia con el gesto torcido. Su familia afirma que el presidente tiene un paso «mucho más ligero» en su habitual caminata matutina, y que «incluso» ha vuelto a desempolvar los libros para estudiar horticultura. «Su mayor ilusión es montar un pequeño huerto en la Moncloa cuando las cosas se calmen un poco en Cataluña», afirman desde el Palacio.

Por último, las mismas fuentes afirman que tras las Navidades, y para paliar los efectos de la cuesta de enero, Rajoy pretende extender su dieta al resto de las cocinas españolas. Incluso, algunas lenguas afirman que por los pasillos de Génova se rumorea que ante la demanda social de modificar la Constitución, el presidente planteó a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saez de Santamaría, prohibir la carne sin que nadie se de cuenta. Algo que algunos sectores del partido a los que ha contactado la RQJ lo consideran «habladurías» puesto que les extraña a que M. Rajoy «no preguntase por la europea».

Aunque el presidente aún no ha querido hacer declaraciones, ante las preguntas de este medio M. Rajoy sólo quiso apuntar «¡Qué viva el pino!»